Alzas de temperaturas causadas por el cambio climático tienen un impacto negativo en el PIB de Chile
Estudio del Banco Central determinó que la mayoría de las industrias del país se ven afectadas. El agro es el sector más complicado también por la escasez de precipitaciones.
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Los efectos del cambio climático son una realidad ineludible, que el mundo y Chile han tenido que enfrentar y, al mismo tiempo, observar sus consecuencias, que incluso abarcan lo económico.
Para dimensionar su impacto, una investigación del Banco Central -basada en datos del Banco Mundial- analizó el comportamiento de la precipitación y temperatura en las 13 regiones de Chile desde 1997 a 2019, además de medir las 12 actividades económicas del Producto Interno Bruto (PIB) del país.
Maria Teresa Reszczynski, economista senior del ente emisor y autora del estudio, explica que la realización del mismo fue sus tesis de magister y lo hizo con el fin de aportar a la discusión, ya que el tema del cambio climático y sus efectos en la economía se están volviendo cada vez más relevantes a nivel nacional.
“Los hallazgos que existen indican que sí tendría efectos en la actividad económica y estos efectos pueden ser heterogéneos en distintos sectores de actividad”, dice Reszczynski.
“Hoy en Chile, por ejemplo, las temperaturas han ido aumentando, al tiempo que la cantidad de lluvia que cae en un año es cada vez menor. En este contexto, investigar en este ámbito, es una contribución”, dice la economista.
La principal conclusión del análisis -cuyas opiniones vertidas en esta publicación no necesariamente representan la visión del Consejo del Banco Central- es que el cambio climático representa un golpe para el PIB de Chile. El aumento de la temperatura se traduce en un impacto negativo y significativo en la actividad económica para la gran mayoría de las industrias del país.
“Debemos seguir estudiando este fenómeno, pero los hallazgos que existen indican que sí tendría efectos en la actividad económica y estos efectos pueden ser heterogéneos en distintos sectores de actividad. Por ejemplo, una caída en la precipitación afecta negativamente la actividad en la industria agropecuaria-silvícola”, sostiene Reszczynski.
Maria Teresa Reszczynski, Banco Central. Marcelo Mena exministro de Medio Ambiente. Fotos: Julio Castro y Archivo
A su juicio, las estimaciones adicionales con temperaturas máximas y mínimas indican que los efectos negativos en el PIB están asociados a incrementos en la temperatura máxima, mientras que los efectos en el aumento de la temperatura mínima son menos evidentes.
Así, el sector agropecuario-silvícola tendría un impacto negativo de 0,02 puntos porcentuales (pp) de su PIB por un incremento de la temperatura, y es el único sector que también se ve afectado, en un 0,01 pp, por las precipitaciones.
Por su parte, la minería también caería 0,02 pp con alzas en la temperatura, al igual que los rubros de la electricidad, gas, agua y gestión de desechos; transporte, información y comunicaciones; servicios financieros y empresariales; servicios de vivienda e inmobiliarios; y administración pública.
Tareas pendientes para el país
El exministro de Medio Ambiente, Marcelo Mena, recuerda que Chile es uno de los países más afectados por el cambio climático en el mundo. Esto, basado en la variabilidad que ha hecho el Banco Mundial de los daños a causa del fenómeno, como daños de infraestructura y la interrupción de actividades.
“En este último año, si uno contabiliza el daño de más de US$ 2.000 millones de lo que fueron los daños de las inundaciones a la agricultura más los casi US$ 1.000 millones que significaron los incendios forestales en 2023, estamos hablando de cerca de un punto del PIB afectado el año 2023 fruto del cambio climático”, explica.
Por lo mismo, apunta a que la inversión en adaptación es fundamental y el país si bien está trabajando en eso, se debe acelerar.
“Se reconoce -en un estudio del Banco Mundial- que por un 3% de inversión mejor diseñada, se pueden obtener casi cuatro veces más beneficios que costos con respecto a lo que son la adaptación como beneficio directo a la economía”, señala el exsecretario de Estado.
Y si bien opina que la Ley Marco de Cambio Climático obliga que el Sistema de Evaluación Ambiental incorpore el riesgo climático y que los planes reguladores tienen que empezar a incorporar la adaptación, todavía queda pendiente que las obras públicas que se realicen sean resilientes y contribuyan a la resiliencia sistémica.